Aunque lo cierto es que ya de por si Xiaomi nos trae infinidad de novedades a través de MIUI independientemente de la versión Android en la que se base, contar con la última versión del sistema operativo de Google resulta un papel sumamente importante.
A día de hoy almacenamos más información personal en nuestro smartphone que en nuestra propia casa. Ya no solo se trata de fotografías, vídeos y conversaciones, sino además documentos de carácter legal, tarjetas bancarias, acceso a dispositivos inteligentes y un completo historial de nuestra ubicación, pulsaciones, etc.
Además, ya no solo se trata de pensar que nuestros datos no interesan, la realidad es que a día de hoy los ciberdelincuentes prefieren poner su objetivo en personas como tu y como yo, a atacar grandes corporaciones.
Utilizar fotografías y conversaciones comprometedores o incluso vídeos grabados desde la cámara selfie de de nuestro smartphone sin que nos demos cuenta, resulta una tarea bastante sencilla para estos ciberdelincuentes de cara a extorsionarnos en busca de un lucro económico.
Ya no solo es cuestión de no entrar en sitios peligrosos o descargar aplicaciones desconocidas
Erróneamente muchos siguen pensando que el factor humano sigue siendo el principal responsable de que personas externas se puedan apoderar de nuestra información o del control de nuestro móvil. Y si, este sigue siendo un factor sumamente importante, pero a día de hoy lo es más las vulnerabilidades que aún siguen sin ser corregidas o incluso esos 0 days de los que aún no se tiene constancia.
Un ejemplo de ello ha sido StrandHogg 2.0, una vulnerabilidad que afectó a todos los dispositivos con Android 9 y que tras bastante tiempo siendo explotada no fue descubierta hasta principios de este mismo 2020.
Así mismo existen infinidad de vulnerabilidades ya descubiertas que Google sigue sin resolver, pequeños fallos de seguridad que pueden ser explotados y que no se resuelven hasta la próxima gran actualización que se lleve a cabo en Android.
Hace unos años resultaba fácil engañar al usuario con aplicaciones fraudulentas, técnicas de phishing, o Webs SCAM haciéndose pasar por portales genuinos. Ahora, el usuario que utiliza un smartphone, ordenador o cualquier otro dispositivo conectado ha evolucionado, por lo que los ataques más serios vienen a través de vulnerabilidades del sistema.
No solo debemos pensar en nuevas funcionalidades sino también en nuestra seguridad
Con este artículo queremos hacerte ver que las actualizaciones Android resultan más importantes de lo que imaginamos. No solo debemos priorizar la llegada de nuevas funcionalidades o un diseño más bonito, la seguridad de nuestra información y privacidad debería estar por delante de todo esto.
En muchas ocasiones hemos leído por parte de nuestros seguidores que mientras Xiaomi siga lanzando actualizaciones de MIUI no les importa recibir la última versión de Android. Primer error si de verdad somos conscientes de lo que supone utilizar un dispositivo conectado a la red de redes (Internet) donde vamos a almacenar información personal.
Por mucho que Xiaomi lance nuevas actualizaciones de MIUI con mejoras de seguridad, cada versión de Android tiene sus límites. En cada nueva gran actualización se añaden infinidad de mecanismos de seguridad y acceso a determinadas API que permiten a fabricantes como Xiaomi utilizar estas a fin de mejorar su propia capa de personalización.
Es por ello que usuarios, entre los que me encuentro, de terminales como los Redmi Note 8, Redmi Note 8T o Redmi Note 8 Pro no deberíamos conformarnos con que Xiaomi actualice nuestro dispositivo a Android 10. Si es necesario deberíamos poner el grito en el cielo y dejarle claro a nuestra marca favorita que también nos importa la seguridad y que en dispositivos tan vendidos debería ser la prioridad absoluta.
Personalmente, espero que con este artículo os deis cuenta de lo importante que resultan las actualizaciones de Android. No todo es recibir nuevas funcionalidades o un diseño más bonito, la seguridad debería estar por delante ya que prácticamente a diario estamos en el punto de mira de los ciberdelincuentes.